Vida de vacaciones
Cortar por lo sano. Eso nos propusimos en su día con el proyecto de esta casa de la calle San Martín de Donostia, que originalmente tenía 150 m2. Decimos originalmente porque la reforma integral del piso tenía como objetivo lograr dos viviendas, una de las cuales los propietarios deseaban destinar al alquiler, concretamente al alquiler vacacional. Hoy te la presentamos.
Ya sabes que dentro de nuestra función como empresa de rehabilitación, reformas, decoración e interiorismo concedemos gran importancia al coaching inmobiliario. En este sentido, asesoramos y acompañamos a nuestros clientes en todo el camino de la reforma, desde el principio hasta el final. En el caso concreto de este proyecto, además de llevar a cabo toda la obra de división de la construcción original en dos apartamentos, hemos realizado la decoración, incluyendo la compra y el montaje de los muebles.
PARA TODOS LOS PÚBLICOS
Como teníamos muy claro el uso final del inmueble, el alquiler vacacional, era necesario que la vivienda resultante fuera satisfactoria para todo tipo de usuarios: familias, parejas, personas solas… El piso tenía que ser acogedor, práctico, cómodo y atractivo.
En este sentido, todas las decisiones tomadas en el ámbito de la distribución y la decoración han tenido esto en cuenta. Espacio, comodidad, resistencia y encanto han sido algunas de las palabras clave que llevábamos escritas a sangre y fuego en el plan de trabajo de esta obra.
REDUCIR ES AMPLIAR
A pesar de haber convertido un piso en dos viviendas, hemos destinado buena parte de nuestros esfuerzos a lograr una distribución espaciosa. En el caso de este apartamento hemos diseñado una planta con tres habitaciones, salón-cocina-comedor y dos baños. Como ves, amplitud y posibilidades para variados tipos y diferentes cantidades de visitantes esporádicos.
TURISMO DE INTERIOR
La decoración siempre es importante. En un piso de estas características es una cuestión, además, delicada. Objetivo final: hacer sentir cómodo a muchas tipologías de públicos. Que después de una jornada de ruta por la ciudad, al llegar a casa se sientan precisamente así, como en casa.
Nos hemos decantado por un estilo nórdico, promesa segura de tranquilidad, comodidad, estilo y calidez. La neutralidad de los tonos claros predominantes se rompe con chispazos de color amarillo que avivan las diferentes habitaciones o el pasillo.
Por supuesto, hemos agregado los necesarios toques de personalidad al conjunto, por ejemplo utilizando listones de madera en bruto o una puerta antigua a modo de cabecero en las diferentes habitaciones.
Los muebles elegidos son de líneas sencillas y atractivas, y tan resistentes como económicos, pues el tráfico de mucha gente diferente a lo largo del año prevé la sustitución de alguno de ellos periódicamente.
¿Quieres echar un vistazo al resultado final de esta reforma? Aquí puedes hacerlo.
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