Vivir en Miraconcha siempre es un lujo, porque mirar por la ventana y ver la bahía de San Sebastián no es cualquier cosa. Pero en este caso, y después de nuestra intervención, las vistas son tan buenas hacia fuera como hacia dentro.

Se trata de un piso de 150 m2 que no estaba mal del todo, pero que tenía seis habitaciones para una sola persona, un pasillo largo y un montón de recovecos inútiles. El cliente encargó el proyecto de arquitectura a un estudio de Barcelona, Arquitectura G, que buscó en San Sebastián una constructora joven, ágil y habilidosa con las nuevas tecnologías. Es decir, Etxe&Co.

Nosotros entramos sin miramientos y tiramos absolutamente todo para iniciar una reforma integral. Transformamos seis habitaciones en tres, y dejamos espacios muy diáfanos en toda la vivienda. La habitación principal se convirtió en una suite gigante con un vestidor y un baño espacioso: en la bañera entraban al menos tres personas. De la habitación se accede directamente a un impresionante salón a través de unas enormes puertas correderas que, gracias a estar paneladas, no se ven cuando están cerradas. Un puntazo.

En realidad, los panelados de madera han sido los protagonistas de la reforma: las paredes están hechas con la misma tarima que el suelo, al igual que las puertas correderas, puertas batientes y armarios. Un trabajo artesanal de quitarse el sombrero.

La encimera de la cocina se fue a elegir directamente a la fabrica de mármoles. Era una pieza tan espectacular que podíamos haberla puesta en una pared como si fuera un cuadro.

Los radiadores, los ventanales, el interiorismo… Todo en esta casa es admirable. Tanto si miras por la ventana como si no.