Casas que se adaptan a los nuevos tiempos.
Cocinar, comer, escuchar la radio, conversar, recibir visitas, hacer los deberes del colegio… ¿Quién no recuerda la enorme vida que tenían las cocinas de nuestras abuelas? Aquel maravilloso espacio donde la vida tenía el sabor y el olor de los pucheros cocinados a fuego lento.
Pero los tiempos han cambiado y los espacios se han ido adaptando a esos cambios. De las grandes cocinas separadas del resto de la casa pasamos a las cocinas americanas y a compartir todo en un mismo espacio. Una versión que para muchos fue y es una solución, pero ¿qué hacer si lo que se desea es compartir esos espacios pero aislarlos a la vez?
El ejemplo nos lo encontramos en esta reforma integral de la calle Catalina de Erauso, de la que ya os hablamos en pleno proceso de la obra. La cocina y el comedor están unidos y conformados en forma de “T”. En la parte vertical hemos distribuido todo a lo largo de dos líneas paralelas. Una para la zona de trabajo con los electrodomésticos y el fregadero y justo enfrente otra, con una barra y asientos altos para el desayuno o comer a diario cuando no hay mucho tiempo.
Y en la parte horizontal el comedor. Un comedor luminoso y amplio, dispuesto junto al gran ventanal y justo al lado de la terraza. Un minarete independiente desde el que contemplar los tejados de la ciudad.
Un lugar con el sabor de lo antiguo, de madera y muy acogedor. Bajo la mesa decoramos el suelo con un mosaico de azulejos de Patricia Urquiola que rompe la estética homogénea de la tarima flotante del resto del espacio. El centro de reunión de la familia, de cenas con amigos. La mesa donde se debaten los temas más transcendentales, donde revisar facturas o tomarse un café leyendo el periódico.
La novedad es que estos dos espacios los hemos mantenido unidos y comunicados con el salón mediante la apertura de un hueco entre este y la cocina. Este hueco lo hemos aislado con una cristalera que tiene la opción de abrirse en el caso de ser necesario, o permanecer cerrada aislando así el salón del bullir de la cocina con sus olores y ruidos.
Además con esta cristalera intermedia conseguimos dar una unidad a los tres espacios principales de la vivienda y que el salón gane en luz natural. Nuevos espacios adaptados a los nuevos tiempos.
La rehabilitación de este piso de 100m2 ha sido completa. Además del eje comedor-cocina-salón hicimos otras reformas. Estudiamos cómo aprovechar una parte importante de esos metros cuadrados que nos ofrecía la casa para generar nuevos espacios útiles. Así ha pasado de ser una vivienda con solo dos habitaciones, un aseo y un baño, a contar con tres habitaciones y dos baños de mayor amplitud.
Y es que no nos cansamos de verla, seguro que sus dueños tampoco.
Si tú también quieres verla en nuestra web tienes todas las fotografías del proyecto completo.
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